Consumo de carbohidratos antes
del partido
El consumo diario de
carbohidratos debe ser proporcional al costo estimado de combustible de la
sesión de entrenamiento o partido. Es improbable que los jugadores completen
partidos o sesiones de alta intensidad diariamente, especialmente durante la
temporada. Así, para baja intensidad, recuperación o entrenamientos técnicos
basados en habilidades se recomienda que los jugadores ingieran 3-5 g de
carbohidratos/kg MC/día. Mientras que cuando los jugadores completen
entrenamiento moderado, aproximadamente 1 h al día, se recomienda el consumo de
carbohidratos de 5-7 g/kg MC/día (Burke et al., 2011). Las estrategias para
aumentar el glucógeno endógeno antes de una competencia ha involucrado
históricamente un modelo “clásico” de 7 días incluyendo una fase de “depleción”
inicial seguida por una “fase de carga” (Sherman, 1983). Sin embargo, ahora se
sabe que el músculo de los atletas bien entrenados es capaz de “supercompensar”
los almacenes de glucógeno sin una fase de “depleción” previa. El músculo
entrenado también parece tener la habilidad de almacenar más glucógeno en
comparación al músculo no entrenado y por lo tanto ser más susceptible a las
estrategias de “supercompensación” (McInerney et al., 2005). Así, una dieta
alta en carbohidratos que proporcione 10 g de carbohidratos/kg MC/día combinada
con el descanso apropiado puede resultar en la “supercompensación” de glucógeno
muscular en tan poco como 24-36 h (Bussau et al., 2002).
La importancia del glucógeno para
el rendimiento en el fútbol ha dado como resultado la estrategia sabiamente
utilizada de “comida pre-partido”. El foco de esta comida es ingerir una comida
alta en carbohidratos fáciles de digerir 3-4 h antes del ejercicio, para
aumentar los niveles de glucógeno en reposo en el músculo y el hígado. El día
del partido las ganancias relativas en los almacenes endógenos de glucógeno
logrados con la alimentación con carbohidratos serán dependientes de las
concentraciones iniciales y el nivel de entrenamiento del músculo. Sin embargo,
como una guía, después del ayuno nocturno se ha reportado que ingerir una
comida que contenga 2.5 g de carbohidratos/kg MC aumenta el glucógeno muscular
en un 11-15% y el glucógeno hepático en un 33%, 3 h después de su consumo
(Taylor et al., 1996; Wu & Williams, 2006).
Inmediatamente antes del
calentamiento o del partido (dependiendo de la preferencia individual) los
jugadores pueden ingerir carbohidratos (25-30 g) para disminuir la liberación
de glucosa del hígado, ahorrando así el almacén hepático de glucógeno (Howlett
et al., 1998). El papel del glucógeno hepático es la regulación de las concentraciones
de glucosa sanguínea (euglicemia: 4.0-5.5 mmol/L). Al inicio de un partido, la
contracción muscular causará un aumento en la absorción de glucosa de la
sangre. En sintonía, la glucogenólisis del hígado se activará por las acciones
del glucagon y la adrenalina. De manera interesante, se ha reportado que la
glucosa sanguínea se eleva durante la actividad de sprints repetidos y
raramente se observa que disminuya a concentraciones que puedan impactar el
rendimiento (Krustrup et al., 2006). Estos hallazgos sugerirían que la tasa de
liberación de glucosa del hígado es suficiente para compensar el uso de glucosa
sanguínea a través de los 90 min de actividad de fútbol en jugadores bien
alimentados. De hecho, durante el fútbol, la glucosa sanguínea sólo se reduce
durante el medio tiempo. Esto es más probablemente una consecuencia de la
absorción constante de glucosa por el músculo activo previamente y una
reducción en la glucogenólisis del hígado, por una disminución del nivel de
catecolaminas durante este periodo de recuperación (Krustrup et al., 2006).
Es importante notar que durante
un partido prolongado, es decir, con tiempos extra y penales, las
concentraciones de glucosa sanguínea caerán y, si no se reponen, pueden
resultar en hipoglicemia (Foskett et al., 2008). Los síntomas de hipoglicemia
incluyen el funcionamiento sub-óptimo del sistema nervioso central que tiene
implicaciones obvias para el rendimiento en el fútbol (Nybo, 2003). Al
contrario, se han asociado las concentraciones aumentadas de glucosa sanguínea
con un rendimiento de “habilidades” superior en deportes técnicos tales como el
tenis (Vergauwen et al., 1998; McRae & Galloway, 2012). Así, la glucosa
sanguínea elevada parece predominante cuando se ejecutan habilidades complejas
que requieren altos niveles de activación del sistema nervioso central,
particularmente durante actividad intermitente de alta intensidad (McMorris
& Graydon, 1997; Winnick et al., 2005). Por lo tanto, es razonable concluir
que el mantenimiento o el aumento de la glucosa sanguínea mejoraría la
“ejecución de habilidades”, especialmente bajo circunstancias de fatiga y/o
hipoglicemia.
El consumo de suficientes
cantidades de carbohidratos antes de un partido es probablemente la estrategia
más importante para el rendimiento en el fútbol. Esto es porque la oportunidad
de consumir carbohidratos durante el juego está limitada a las interrupciones
en el juego poco frecuentes y al medio tiempo. Para este fin, hay varias
implicaciones practicas que los jugadores y el personal de apoyo deben
considerar cuando definan las estrategias de comida antes del partido. Primero,
la recomendación antes del partido estuvo originalmente basada en la
observación de que los almacenes de glucógeno del hígado se reducen a
concentraciones muy bajas después de una noche de ayuno. Sin embargo, en el
juego profesional, pocos partidos inician antes del mediodía y muchos partidos
ahora se juegan en la tarde. Bajo estas circunstancias, los jugadores tienen
una amplia oportunidad de reponer los almacenes de glucógeno hepático y llenar
el glucógeno muscular durante el día. Así, el momento de la comida antes del
partido debe cambiarse para adaptarse al horario del partido y en consideración
a otras comidas típicas ingeridas durante el día. Segundo, es importante notar
que la comida antes del partido es típicamente una actividad en equipo. Aunque
todos los jugadores deben prepararse como si fueran a jugar, obviamente no
siempre éste es el caso. Los nutricionistas/nutriólogos y entrenadores de los
clubes deben estar al pendiente de monitorear el consumo de energía de los
jugadores que consumen una comida antes del partido pero que no jueguen y
modificar su gasto de energía como corresponda.
chinchu.......
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