sábado, 30 de julio de 2016

CONSUMO DE CARBOHIDRATOS ANTES DEL PARTIDO

Consumo de carbohidratos antes del partido


El consumo diario de carbohidratos debe ser proporcional al costo estimado de combustible de la sesión de entrenamiento o partido. Es improbable que los jugadores completen partidos o sesiones de alta intensidad diariamente, especialmente durante la temporada. Así, para baja intensidad, recuperación o entrenamientos técnicos basados en habilidades se recomienda que los jugadores ingieran 3-5 g de carbohidratos/kg MC/día. Mientras que cuando los jugadores completen entrenamiento moderado, aproximadamente 1 h al día, se recomienda el consumo de carbohidratos de 5-7 g/kg MC/día (Burke et al., 2011). Las estrategias para aumentar el glucógeno endógeno antes de una competencia ha involucrado históricamente un modelo “clásico” de 7 días incluyendo una fase de “depleción” inicial seguida por una “fase de carga” (Sherman, 1983). Sin embargo, ahora se sabe que el músculo de los atletas bien entrenados es capaz de “supercompensar” los almacenes de glucógeno sin una fase de “depleción” previa. El músculo entrenado también parece tener la habilidad de almacenar más glucógeno en comparación al músculo no entrenado y por lo tanto ser más susceptible a las estrategias de “supercompensación” (McInerney et al., 2005). Así, una dieta alta en carbohidratos que proporcione 10 g de carbohidratos/kg MC/día combinada con el descanso apropiado puede resultar en la “supercompensación” de glucógeno muscular en tan poco como 24-36 h (Bussau et al., 2002).
La importancia del glucógeno para el rendimiento en el fútbol ha dado como resultado la estrategia sabiamente utilizada de “comida pre-partido”. El foco de esta comida es ingerir una comida alta en carbohidratos fáciles de digerir 3-4 h antes del ejercicio, para aumentar los niveles de glucógeno en reposo en el músculo y el hígado. El día del partido las ganancias relativas en los almacenes endógenos de glucógeno logrados con la alimentación con carbohidratos serán dependientes de las concentraciones iniciales y el nivel de entrenamiento del músculo. Sin embargo, como una guía, después del ayuno nocturno se ha reportado que ingerir una comida que contenga 2.5 g de carbohidratos/kg MC aumenta el glucógeno muscular en un 11-15% y el glucógeno hepático en un 33%, 3 h después de su consumo (Taylor et al., 1996; Wu & Williams, 2006).

Inmediatamente antes del calentamiento o del partido (dependiendo de la preferencia individual) los jugadores pueden ingerir carbohidratos (25-30 g) para disminuir la liberación de glucosa del hígado, ahorrando así el almacén hepático de glucógeno (Howlett et al., 1998). El papel del glucógeno hepático es la regulación de las concentraciones de glucosa sanguínea (euglicemia: 4.0-5.5 mmol/L). Al inicio de un partido, la contracción muscular causará un aumento en la absorción de glucosa de la sangre. En sintonía, la glucogenólisis del hígado se activará por las acciones del glucagon y la adrenalina. De manera interesante, se ha reportado que la glucosa sanguínea se eleva durante la actividad de sprints repetidos y raramente se observa que disminuya a concentraciones que puedan impactar el rendimiento (Krustrup et al., 2006). Estos hallazgos sugerirían que la tasa de liberación de glucosa del hígado es suficiente para compensar el uso de glucosa sanguínea a través de los 90 min de actividad de fútbol en jugadores bien alimentados. De hecho, durante el fútbol, la glucosa sanguínea sólo se reduce durante el medio tiempo. Esto es más probablemente una consecuencia de la absorción constante de glucosa por el músculo activo previamente y una reducción en la glucogenólisis del hígado, por una disminución del nivel de catecolaminas durante este periodo de recuperación (Krustrup et al., 2006).


Es importante notar que durante un partido prolongado, es decir, con tiempos extra y penales, las concentraciones de glucosa sanguínea caerán y, si no se reponen, pueden resultar en hipoglicemia (Foskett et al., 2008). Los síntomas de hipoglicemia incluyen el funcionamiento sub-óptimo del sistema nervioso central que tiene implicaciones obvias para el rendimiento en el fútbol (Nybo, 2003). Al contrario, se han asociado las concentraciones aumentadas de glucosa sanguínea con un rendimiento de “habilidades” superior en deportes técnicos tales como el tenis (Vergauwen et al., 1998; McRae & Galloway, 2012). Así, la glucosa sanguínea elevada parece predominante cuando se ejecutan habilidades complejas que requieren altos niveles de activación del sistema nervioso central, particularmente durante actividad intermitente de alta intensidad (McMorris & Graydon, 1997; Winnick et al., 2005). Por lo tanto, es razonable concluir que el mantenimiento o el aumento de la glucosa sanguínea mejoraría la “ejecución de habilidades”, especialmente bajo circunstancias de fatiga y/o hipoglicemia.

El consumo de suficientes cantidades de carbohidratos antes de un partido es probablemente la estrategia más importante para el rendimiento en el fútbol. Esto es porque la oportunidad de consumir carbohidratos durante el juego está limitada a las interrupciones en el juego poco frecuentes y al medio tiempo. Para este fin, hay varias implicaciones practicas que los jugadores y el personal de apoyo deben considerar cuando definan las estrategias de comida antes del partido. Primero, la recomendación antes del partido estuvo originalmente basada en la observación de que los almacenes de glucógeno del hígado se reducen a concentraciones muy bajas después de una noche de ayuno. Sin embargo, en el juego profesional, pocos partidos inician antes del mediodía y muchos partidos ahora se juegan en la tarde. Bajo estas circunstancias, los jugadores tienen una amplia oportunidad de reponer los almacenes de glucógeno hepático y llenar el glucógeno muscular durante el día. Así, el momento de la comida antes del partido debe cambiarse para adaptarse al horario del partido y en consideración a otras comidas típicas ingeridas durante el día. Segundo, es importante notar que la comida antes del partido es típicamente una actividad en equipo. Aunque todos los jugadores deben prepararse como si fueran a jugar, obviamente no siempre éste es el caso. Los nutricionistas/nutriólogos y entrenadores de los clubes deben estar al pendiente de monitorear el consumo de energía de los jugadores que consumen una comida antes del partido pero que no jueguen y modificar su gasto de energía como corresponda.
chinchu.......

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